LA PRESENCIA DEL DOCENTE

31.03.2014 20:40

El autor afirma “La presencia del docente es todo aquello con lo cual el docente “enseña”, su cuerpo, su cara, su sonrisa” ¿Qué importancia tiene esta presencia en la labor docente? ¿Cuál es su aporte al clima de trabajo en el aula?

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Crear un ambiente lleno de buenas emociones, es primordial para favorecer la comunicación de quienes se encuentran en él, más aun si es en un clima de respeto por el otro. José María Toro, 2005:

La mayor parte de la vida escolar se desarrolla, se despliega en gestos y acciones sencillas, cotidianas: reencontrarse, saludar, conversar, trabajar, descansar, jugar, leer, escribir, dibujar… Todo esto es tremendamente importante y puede vivirse cargado de sentido y significado. La plenitud de vivir, el gozo de ser, la dicha del encuentro humano no puede estar al margen o fuera de todo eso.

Los momentos vividos en el aula son aquellos que dejan huellas, la postura del educador frente a la clase y frente a sus estudiantes es capaz de trascender en el tiempo. Esta trascendencia requiere ser positiva, pues a menudo los buenos recuerdos suelen verse afectados por aquellos que no lo son. Muchas veces se nos ha preguntado acerca de la escuela, de la relación con nuestros educadores y solemos evocar a aquél recuerdo que muchas veces nos provoca molestia, aunque no siempre es así, pues generalmente se recuerda aquél docente castigador y dependiendo del alumno se recuerda a aquél educador que entrega su carisma, su alma y su presencia . Toro, J. M. “El cuerpo es el templo de nuestra “presencia”, el altar en el que ponemos todo cuanto ofrendamos en cada momento pedagógico

La presencia del docente es todo aquello con lo cual el docente “enseña”, su cuerpo, su cara, su sonrisa. La comunicación que entrega a través de todo su ser es simplemente indescriptible, por eso es tan importante. Toro, J.M. nos hace referencia a la importancia de la cara del maestro:

La cara del maestro, de la maestra, siempre es una palabra que está hablando al mundo concreto y cercano que representa la clase; simplemente porque nuestras caras siempre expresan, muestran y reflejan. […]Una cara así es algo hermoso porque trasluce y revela la belleza interior.

Muestra aquello que muchas veces se nos dificulta dejar ver, ya sea por los problemas que solemos llevar como una carga en la espalda diariamente o por situaciones que se suelen presentar en clases, con los estudiantes o sus padres, con nuestros colegas.

Y apoya comentando:

La sonrisa tendría que ser considerada un elemento típicamente escolar, como son los libros, los cuadernos, los lapiceros o las pizarras. Hoy, quizás más que nunca, es preciso devolver la sonrisa a los rostros de los niños y al semblante de sus maestros y maestras.

La sonrisa ha de “estar presente” en las escuelas. Sin sonrisa y sin la alegría que ella dibuja o revela no hay educación saludable ni gozosa. Es preciso recuperar la escuela, la educación toda como un espacio para la sonrisa, el humor y la alegría.

Es verdad que la sonrisa del educador debiera considerarse como un aspecto fundamental en nuestras clases, ya que son aquéllas las que abren los espacios más inhóspitos, son ellas las que dan la chance para que un espacio lleno de estudiantes se convierta en un aula, en la cual las experiencias son lo primordial. Es importante extraer las palabras de Toro, J. M.: “Una clase, como grupo, es mucho más que un conjunto de soledades en compañía.”.

Por lo tanto estos aspectos, son realmente elementales al momento de realizar una clase, pues facilita la realización de ésta, la comunicación y un mejor entendimiento entre los que están insertos en ella. Además es una muy buena estrategia si se ve desde el punto de vista de la mejora de la comunicación y el acercamiento con el estudiante lo que favorece un mejor clima de trabajo en el aula, ya que el docente no solo debe mediar el conocimiento teórico sino que también debe colaborar desde sí, a que sus alumnos sean capaces de creer en sí mismos y a que lo más importantes son ellos como personas, además de la valoración que ellos mismos son capaces de entregarse. Mañú, J. y Goyarrola, I.: “El maestro educa primero con lo que es, después con lo que hace y sólo en tercer lugar con lo que dice […]” A la vez, sabe que es más importante la persona que aprende, que los conocimientos que adquiere”.

Extraído de:

LA IMPORTANCIA DE LA EDUCACIÓN EMOCIONAL Y CREATIVA EN LA FORMACIÓN DEL PROFESORADO: LA ADVERSIDAD COMO OPORTUNIDAD DE CAMBIO FORMATIVO

María Francesca Nieto Vargas.

 
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